¿Maratón o no maratón?

En televisión actualmente es imposible estar al día de todo. Bueno, si es que tienes la pretensión de dormir y hacer eso que llaman trabajar. Más que nada para poderte pagar una tele en condiciones y un ADSL que te la cope de series.

Así que hay que hacer una cosa muy difícil y compleja que se llama ‘elegir’. Este proceso implica informarse, fundamentar tus criterios, discernir opiniones y, habitualmente, fallar.

Equivocarse a la hora de escoger las series a ver comporta dos perjuicios importantes. En primer lugar representa perder un valioso tiempo en series pésimas y que, además, algunos no podemos dejar de ver hasta el final (yo me tragué El Internado, Heroes, Prison Break y otras sólo para llegar al final, o actualmente The Event, sin ir más lejos). El segundo perjuicio, y aquí vamos, es perderte series que valen mucho la pena. Y cuando esto pasa quieres, como sea, ‘ponerte al día’. A tal efecto todos los seriéfilos tenemos esa ‘lista de pendientes’, que con el paso de los años se acaba convirtiendo en enorme y, a veces, incluso cambia de nombre y pasa a llamarse ‘lista de futuras maratones’.

El concepto

Aunque muchos ya lo conocezcáis, para bien o para mal, una maratón es un proceso condensado de visionado continuo de capítulos de un mismo serial. Lo que vendría a ser un ‘chute’ de serie en vena.

El único requisito principal para tal práctica es que la serie, evidentemente, tenga un cierto tiempo de trayectoria (en otro caso no hay suficientes capítulos para ver seguidos). Y a partir de aquí el resto todo son variables.

La maratón puede ser de la serie completa o sólo de una o varias temporadas, por ejemplo. O hay casos en los que la maratón tiene lugar porque la serie es antigua y quieres ‘ponterte al día’, como decíamos. En mi caso pasó con Alias, pero hay otras habituales como: Expendiente X, Lost, El Ala Oeste de la Casa Blanca… En otros casos la maratón es simplemente porque la serie engancha. Aquí podríamos poner otra vez Lost, Fringe o la primera temporada tanto de Heroes como de Prison Break. Entre otras muchas.

Positivo

Una vez claro el concepto toca valorar si su efecto es positivo o negativo. En cuanto a los puntos a favor, creo que ver muchos capítulos seguidos te permite entrar completamente en la trama de la serie. Inmersión total. No te pierdes con los nombres, no tienes esos pequeños ‘lapsus’ de memoria en relación a eventos anteriores y además la mente (lista ella) se acaba quedando siempre con lo mejor, ayudándote a situarte en lo más profundo de la serie.

También tiene como positivo el ‘factor corrector’ (para darle un nombre cualquiera), que te permite pasar de ‘paria’ a ‘entendido’ en una serie en poco tiempo. Y eso mola, aunque sea para rebajar la sensación de ‘freak’ que tantas veces ataca a los espíritus seriéfilos. No hay cosa peor que ser un ‘freak’ de las series y que el resto de ‘freaks’ crean que eres un ‘freak’ porque no ves tal o cual serie. Un drama.

Negativo

En cuanto a elementos negativos, el primero y más evidente es que la serie se ‘quema’ en dos días, por muy larga que sea. Entre las anteriores, por ejemplo, podemos determinar con una simple multiplicación que una maratón de Lost te permitiría engullir la primera temporada en sólo 18 horas, que dependiendo de tu ansia podrían llegar a ser entre tres días y una semana. Esto implica gastar un material lujoso en poco tiempo. Sería como comer jamón de bellota a mordiscos, directamente de la pata. Una lástima.

Pero para mí el peor efecto nocivo de las maratones es que pierdes ese incómodo pero positivo tiempo entre capítulos, rompes con el modelo, pensado por los creadores, de capítulos separados. El material artístico debe verse de la manera más similar a la ideada por el autor. En el ejemplo anterior, no separar capítulos de Lost priva de ese tiempo de espera, que en muchos casos era precisamente el efecto deseado, el resultado de esos magníficos cliffhangers.

Y lo que es peor, pierdes el tiempo de digestión. Volviendo al símil alimenticio, comer hasta atragantarse te impide disfrutar de la comida, saborearla. Un ejemplo clarísimo sería El Ala Oeste de la Casa Blanca, en la que cada capítulo tiene la intención de dejar un poso, un cierto debate moral. Tampoco estamos hablando de Kafka, pero sí que creo que dejar reposar un poco cada capítulo le da una envergadura mayor al producto.

Resultado

El resultado es que no hay resultado. Al menos a mi parecer, una maratón por si sola no es buena o mala. Depende de la serie, del momento y de las ganas. Yo me he tragado maratones de series tan dispares como Entourage, Chuck, Blue Mountain State, Studio 60, Fringe o La víbora negra (Blackadder). Y en la mayor parte de casos lo he hecho sólo porque era incapaz de parar, aunque (como en el caso de Studio 60), supiera que en poco tiempo me quedaría sin nada, ya que la serie se canceló al final de la primera temporada.

¿Me lo pasé bien en general? Sí. ¿Me gustaría volver a sentir lo mismo que sentí en cada capítulo, pero que me durara algunos días más? Por supuesto. Ahí cada uno elige lo que le parece mejor.

¿Y vosotros? ¿Habéis visto alguna maratón? ¿Os gustó? ¿Tenéis alguna serie pendiente que seguramente acabe en maratón? Los comentarios son todos vuestros.